Pintura en un sendero bien definido |
Ahora bien, una cosa es pintar un paso problemático y otra lo que está sucediendo últimamente en algunas montañas.
El 12 de octubre, en este mismo blog, comentaba la aberración cometida con la pintura en las vías normales del Friero. Y ahora, debo hacer lo mismo con el estado en el que han quedado las vías normales de subida al Gilbo.
Por la forma de proceder y el estropicio causado, yo diría que se trata de la misma persona.
La vía de la cara norte es un sendero bien marcado por la mucha afluencia de personas. No requiere, por tanto, ninguna pintada. Todo lo más, algún que otro hito. Pues bien, el autor del desaguisado ha "decorado" casi todas las rocas del camino: círculos, cruces y flechas suben por la cuesta arriba sin apenas separación.
A veces, el pintor de brocha gorda se ha confundido, seguramente llevado por el entusiasmo de la faena, y se ha visto obligado a tachar alguna marca.
Error solucionado: se tacha y punto. |
Otras, se ve que para eliminar cualquier posible error, pinta una cruz para que no vayamos por la derecha de una roca; y una flecha para que vayamos por la izquierda. Sin percatarse, tal vez, de que por los dos lados se va al mismo sitio.
Por la izquierda sí, por la derecha no. |
Todo esto, como digo, en un sendero.
A escasos metros de la cima, ¿qué pinta un círculo amarillo? |
En la cresta occidental, el desmán es más discreto (pequeños círculos verdes), pero no por ello menos innecesario. En una arista que sólo admite una forma de progresión (por el filo), ¿por qué pintar círculos (aunque sean pequeños y verdes) cada dos por tres?
Redundancia: ¿cuál de las dos señales es preferible? |
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